Robar tu esencia

Quizás te deba una disculpa o un regalo infinito, incomparable por único. La luna no te ofrezco, se la llevaron los poetas y la hicieron de goma, es decir… la estiraron tanto que quedó oblonga. Pero sí, te debo una disculpa. ¿Ves estos dedos? Absorbieron tu tinta robaron tu esencia y fabricaron versos sin permisos, sólo porque a ti te sobra o al menos empapan mis ojos y mis sienes cuando las descanso sobre tu memoria. Sé que no son más que letras, adosadas a una rima; sólo casualidad, la música la pones tú cuando llegas en ellas y sonríes abanicándome el aire de calandrias. Te fabricaré una poesía - si la lucidez me lo permite - al fin y al cabo no sé hacer otra cosa; quizás improvise a modo de disculpa un perdón de caramelo empañado de lluvias las que te gustaba llover sobre la ventana. ¿Te acuerdas? Después de todo no me hace ladrón hurtar del aire todos tus aromas, ellos sutilmente buscaban mis distancias quizás añorando los besos que te daba. Igual te debo mi disculpa; no una, cien...