Sueños de calesita.
Andrés seguía la tradición familiar, era calesitero. El abuelo la había ubicado en lo que posteriormente sería una plaza de un barrio de Buenos Aires. Andrés es un hombre bueno, adora a los chicos, muchas veces dejaba entrar a los más carecientes, sin cobrarles boleto. Con esfuerzo y trabajo agiornó la calesita, renovó la pintura de todos los juegos, agregó otros más modernos. Una noche manos arteras y egoístas incendiaron la calesita y la ilusión de Andrés y sus niños. Para vos Andrés y para todos los que como vos aman la vida. El recontó sus monedas una y otra vez aquellas que había logrado reunir de tantos mandados hechos a sus vecinos, se arregló el cabello con ansiedad de niño, miró su sonrisa dibujada en el espejo, y soñó. Se despidió de su viejita. Tomó su bicicleta herrumbrada, hizo el recorrido que tantas veces dibujó en su mente soñadora. Llegó a la plaza temprano, no había muchos niños revoloteando en los juegos. Se dirigió directamente a la calesita, la que conocía desde ha...