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Mostrando entradas de septiembre, 2009

A tus ojos

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Mis manos le dibujan versos a tu cintura y la cincela mimbre en flor; te entalla como funda al corazón, te rebela en astros y conjuros mientras la luna se procrea en cuatro cuartos menguantes; dos por tus senos, dos por tus ojos también senos, donde me descubres desnudo.

A tu aire

Es tu piel que seduce el aire de las campanas; trinos de calandrias tu badajo. Es tu voz ecos lejanos llamando el alba del ciprés, cortando el hambre de sus paisajes. Y la luz ciega las voces del árbol que responden en vientos enamorados, a tus oídos, subyugados por otras brisas más calmas.

Inventándonos

Te he inventado la piel, los besos; tus párpados cerrados cuando te he acariciado los miedos. He inventado mis vuelos, mis caricias de ala sobre tu cielo, mis sortilegios de amor, los arpegios. Te he dado forma de sueño, me has dado forma de hombre.

Íntimamente

Encuadro tu horizonte, parpadeo y ya no estás en él; me queda tu imagen como una fotografía inquieta que me sonríe cómplice, traviesa. Desde mi sueño me dice: / Siempre estaré para ti / Los ruidos siguen en mis calles vacías… como si nada… Te pienso... siempre estaré para ti.

Se quiebra

Sobreviviendo, sostenido en un amor implícito se quiebra … no sirve pegar los pedazos. Las costuras… De un lado las manos quietas y el amor…implícito, del otro lado, el amor vivo. Si al menos quedara una astilla que refleje dos rostros juntos, pero son añicos, intentando… son sólo deseos unir los pedazos, el amor implícito es cristal débil que se quiebra, sin tacto.

A tus costillas de arcilla

Vuelvo al cántaro donde deposito las palabras que se impregnan con tu líquido de vida, que bebo cada vez que te leo en tu verbo poesía, es tu barro fresco de sangre tibia amaneciendo a mi vida. ¿Que haré cuando te agotes y ya no exprimas tu cintura para mi sed, para mi búsqueda? No reconocerás mis labios apoyados a tus vértebras, el cántaro se vaciará de lluvias y serás solamente arcilla.

Cuando

Elegir entre migajas, / Soñar, amar / si pudiesen estar juntas para no tener que optar cuando una de ellas se ausenta: vivir o sobrevivir por instinto. / Desorientado / (Cuando no estás)

Extracto

Te miro impávido en el embrujo enajenado que me provocas, como si asombrado mirase diez amaneceres el mismo día mientras recojo tus hojas para a/r/marte.

Y fue ella

/ Bastó el beso efímero de un te quiero y se rindió a sus pies / A sus años, quién diría, cicatrizar las goteras de su vetusta morada, y fue ella, fortaleza granítica con su ternura de niña. El amor... A mis años. ¡Sí señor! A mis años... ¡Quién lo diría!

Sin mi costado derecho

Te he soñado y no puedo contarte mi sueño, ya no amaneces en mi costado derecho; hay un hueco extrañando entre el ayer y el no te tengo. Te he soñado sabes, fiel a quien eres, real fantasía, divinidad en elegía, ninfa morena amante del amor, del mío; el que duerme al costado izquierdo de tu hueco.

Estímulos

Es tu médula, la que enerva mi tacto y lo guía hacia tu otra boca, libidinosa, húmeda, provocadora. Son mis fibras respondiendo estímulos, se atreven, exploran, determinan tu punto…suspensivo; rodean, acarician. Suplicas.

Del aire

Son mis manos esclavas del aire, abanican intentándote; como red de mariposas te atrapan, te desvaneces; son instantes.

Insolencia

Te amé así, sin misericordia con mi destino, a sabiendas; te amo así, yo, un suicida sin una mínima e insolente esperanza.

Eternitud

Cuando se agoten las hojas de mi memoria dejaré de escribirte, para entonces ya no estaré a tu lado. No temas amor, ni siquiera he comenzado. *Eternitud (neologismo)

Intentándote

Siento, escribo, borro, nada parece equilibrado; escribo y borro. Mis dedos tiemblan tus recuerdos los aprieta con sus dientes de uñas, los traducen y pintan en la hoja arrugada de tanto borrar palabras desequilibradas; pero todas ellas te extrañan, no te escriben, mueren impotentes.

Entre paréntesis

Perviérteme instantes, con pequeños acertijos que proclamen tu llegada sin tiempos, déjame adivinarte en ellos, sedúceme con tus claroscuros allí donde los oídos callan para leer tus labios; allí donde eres música que alimente esta perversión rítmica de los gemidos. Tú, artífice de mi cielo, estandarte de mi conquista, refugio de guerrero en la derrota por los tiempos, tú, mezquino amor; rebélate por dentro.

Eternidad

Fue en otro mundo que la amé, es cierto, en otra vida y hace tantos siglos y aún lo recuerdo como si hubiese sido apenas una luna de agosto. Hace tanto tiempo que la amé pero no olvido sus ojos, oscuros como la noche claros como un lampo perpetuados en los pasos donde anduvieron los míos; fueron tantas las vidas que murieron sin embargo; la sigo amando.

Otros cielos

- No te quiebres justo a mitad del camino. Es la pared que habla debajo de mis alas. - Faltan ocasos aún para volar. ¿Y mis plumas? Sin ellas estoy perdido, mi vuelo sería apenas un suspiro. Se extingue la luz en huída debajo de la puerta. Duelen los ocasos por la flor abierta. Las sombras degluten la luz.

Los bellos puntos suspensivos

Se agotan las palabras sin respuestas, vanas; rebotan en otras diferentes, extrañas, suenan frías aunque estén llenas de vida; la voz dulce no responde amor busca otras vías, elude, se diluye quizás con razón; hablar sería reincidir, tropezar con la misma piedra, pero mis oídos… mis oídos esperan, ansían un eco de palabras vivas que sustituyan los bellos puntos suspensivos…

No más

Hoy desperté mi memoria no quiero ser gotas de tus lluvias, demasiados espejos lloraron. Hoy me busqué en tus ojos, no me hallé, pero sé que estoy en ellos.