Pasiones
Fuimos, cuando callaron las palabras, Solo uno. Roces de cuerpos jadeantes, de salivas humedeciendo sexos, erguidos y abismales, sin límites. No precisamos sonidos que pronuncien nuestras lenguas (manos húmedas), en ese instante oculto de miradas ausentes, cómplices nuestras almas hambrientas de ternura. Y fue el final (o el comienzo), de la angustia, de la espera, el éxtasis total (la calma aparente), disimulado por el cansancio de los cuerpos. Y fue entonces que tomé tu rostro y lo hice mío, para sentir,en la ausencia que te lleva la paz de saber que no fuiste un sueño.