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Mostrando entradas de diciembre, 2008

Yo sé que vendrás

Yo sé que vendrás cuando apague mis ojos, como sombra escondida detrás de mis parpados, a iluminar la nostalgia que bordea la locura, cuando me veas en la piel de un oscuro recuerdo. Yo sé que vendrás sin intentar quedarte, serás un fulgor iluminando mis calles, en ese instante breve que amaneces, solsticio de mujer amada entre mis valles. Yo sé que vendrás y aún no será tarde, para que beses mis intenciones de besarte, que encerradas levitan por mis ganas desde la urgencia que tuviste por marcharte. Yo sé que vendrás y seré, tu mejor amante, entregado a la pasión de satisfacer tu carne, incandescente brasa, candor aprisionado, que se apagará en el instante que despierte.

Haikus

agua de lluvia sobre trigo sembrado; pan en la mesa ----- <> ----- frutas maduras maceran en marmitas; día de fiesta ----- <> ----- transita el viento por entre los follajes que sangran hojas ----- <> ----- madrugadores pájaros en el cielo parecen cejas ----- <> ----- hila la rueca hilo de tu vestido; te vi desnuda

¿Por qué me lastimas?

Niña; me lastimas. Me duele el dolor que me infieres; niña ¿por qué me lastimas? Puedo comprender tu interior, tu incompleta vida; por errores de tus padres y la desazón por mi partida; pero niña, aún así ¿por qué me lastimas? Eres primer vástago del árbol de mi vida, y tan enraizado como tus raíces hermanas. Nada te hace diferente, nadie te mutila; pero niña, ¿por qué me lastimas? Me lastimas con las garras de tu orgullo y tu egoísmo; el amor que no escatimo, que reparto a igual medida; entre tus hermanas y tu vida. Niña ¿por qué me lastimas? Si sabes que con tu rencor visceral me erosionas la vida. Debes entender que para mi son tres las hijas; sin distinciones visibles ni amores en cuantía. Pero ella…es una avecita inmadura, necesita mi guarida, y no la hace más débil ni “tonta”, su tiempo tiene otra medida. Necesito de tus alas para ayudarla a volar; solo no puedo niña; no profundices mis heridas; y sabes todo esto, porque no es señal de un día; por eso no entiendo niña, del po

¡Pero cuánto la amé!

No se si la amo o la nostalgia traiciona, ¡pero cuanto la amé¡ eso es seguro. Pero la mente no razona y cada tanto cava en la memoria; en el hueco de su ausencia, y la evoca. Tal vez solo ame su recuerdo; y la compare con otro amor que no tengo. Pero es lindo amarla, a veces, cuando no la tengo; aunque sus brazos no abracen. y no me besen sus besos. ¿Será acaso la necesidad de abrazar su recuerdo? Y me confundo en amores a pesar que no la tengo. ¿Quizás ahora la ame, o amo solo su recuerdo? No sé, pero es lo de menos; todavía la siento.

Mi todo

Ella es un copito de nieve y la nevada; una cereza y todos los racimos; una pizca de sal y una salina; una molécula de aire y el aire que respiro. Es la esencia pura, la magnificencia de la luz, la inmensidad de la ternura, el universo y mi planeta; ella es así, tan pequeña y tan gigante. Y es mía. Eres tan pequeña que cabes, en el vértice de mis ojos; tan leve como una espora fertilizando el aire; tan sutil, que fluyes, entre los barrotes de mis sueños; pero infinitamente inmensa, cuando te detienes. Eres viento del sur enredado en tempestades, trepándote al balcón de mis abrazos; precisos, perfectos, moldeados a tu tamaño, y acabas siendo brisa cuando te relajas en ellos. Eres la luna descalza caminando por mis sienes; tan simple y volátil como el aroma que contienes, cuando me embriagas, me subyugas; entre sueños y amaneceres. Eres toda perfecta y te tengo: absorbida en la sangre, en la piel; ocupando mi todo, tan pequeña como eres.