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Yo sé que vendrás

Yo sé que vendrás cuando apague mis ojos, como sombra escondida detrás de mis parpados, a iluminar la nostalgia que bordea la locura, cuando me veas en la piel de un oscuro recuerdo. Yo sé que vendrás sin intentar quedarte, serás un fulgor iluminando mis calles, en ese instante breve que amaneces, solsticio de mujer amada entre mis valles. Yo sé que vendrás y aún no será tarde, para que beses mis intenciones de besarte, que encerradas levitan por mis ganas desde la urgencia que tuviste por marcharte. Yo sé que vendrás y seré, tu mejor amante, entregado a la pasión de satisfacer tu carne, incandescente brasa, candor aprisionado, que se apagará en el instante que despierte.

Haikus

agua de lluvia sobre trigo sembrado; pan en la mesa ----- <> ----- frutas maduras maceran en marmitas; día de fiesta ----- <> ----- transita el viento por entre los follajes que sangran hojas ----- <> ----- madrugadores pájaros en el cielo parecen cejas ----- <> ----- hila la rueca hilo de tu vestido; te vi desnuda

¿Por qué me lastimas?

Niña; me lastimas. Me duele el dolor que me infieres; niña ¿por qué me lastimas? Puedo comprender tu interior, tu incompleta vida; por errores de tus padres y la desazón por mi partida; pero niña, aún así ¿por qué me lastimas? Eres primer vástago del árbol de mi vida, y tan enraizado como tus raíces hermanas. Nada te hace diferente, nadie te mutila; pero niña, ¿por qué me lastimas? Me lastimas con las garras de tu orgullo y tu egoísmo; el amor que no escatimo, que reparto a igual medida; entre tus hermanas y tu vida. Niña ¿por qué me lastimas? Si sabes que con tu rencor visceral me erosionas la vida. Debes entender que para mi son tres las hijas; sin distinciones visibles ni amores en cuantía. Pero ella…es una avecita inmadura, necesita mi guarida, y no la hace más débil ni “tonta”, su tiempo tiene otra medida. Necesito de tus alas para ayudarla a volar; solo no puedo niña; no profundices mis heridas; y sabes todo esto, porque no es señal de un día; por eso no entiendo niña, del po

¡Pero cuánto la amé!

No se si la amo o la nostalgia traiciona, ¡pero cuanto la amé¡ eso es seguro. Pero la mente no razona y cada tanto cava en la memoria; en el hueco de su ausencia, y la evoca. Tal vez solo ame su recuerdo; y la compare con otro amor que no tengo. Pero es lindo amarla, a veces, cuando no la tengo; aunque sus brazos no abracen. y no me besen sus besos. ¿Será acaso la necesidad de abrazar su recuerdo? Y me confundo en amores a pesar que no la tengo. ¿Quizás ahora la ame, o amo solo su recuerdo? No sé, pero es lo de menos; todavía la siento.

Mi todo

Ella es un copito de nieve y la nevada; una cereza y todos los racimos; una pizca de sal y una salina; una molécula de aire y el aire que respiro. Es la esencia pura, la magnificencia de la luz, la inmensidad de la ternura, el universo y mi planeta; ella es así, tan pequeña y tan gigante. Y es mía. Eres tan pequeña que cabes, en el vértice de mis ojos; tan leve como una espora fertilizando el aire; tan sutil, que fluyes, entre los barrotes de mis sueños; pero infinitamente inmensa, cuando te detienes. Eres viento del sur enredado en tempestades, trepándote al balcón de mis abrazos; precisos, perfectos, moldeados a tu tamaño, y acabas siendo brisa cuando te relajas en ellos. Eres la luna descalza caminando por mis sienes; tan simple y volátil como el aroma que contienes, cuando me embriagas, me subyugas; entre sueños y amaneceres. Eres toda perfecta y te tengo: absorbida en la sangre, en la piel; ocupando mi todo, tan pequeña como eres.

Pretensiones

Pretendo hacer contigo: el inviolable pestillo de mi sueño; al que en puntas de pies sigilosos, atraviesas en cada encuentro. Pretendo traducirte con palabras los compases suaves de tus caricias, subyugante mujer apasionada, cautivadora fiera que esclaviza. Pretendo contigo elevarme, al eterno averno pecador; como diablo incandescente, lujurioso amo del amor; sin culpa y sin temor. Lo que pretendo mujer hacer contigo; es enterrarme en cada poro de tu cuerpo, desde mi sequía abrasadora que reclama, la savia de pasión que hay en tu sexo. Atravesar contigo los albores del diáfano amanecer que conseguimos, y desnudos los dos en la vigilia mirar la nueva vida que parimos.

Los besos que me faltas

Con esta ausencia de besos sobreviene la mañana, enrarecida en el aire por la brisa que me faltas; del susurrado te quiero cuando ayer me despertabas, seduciéndome la vida con el roce de tu alma. Con esta ausencia de besos ¡Ay amor! el dolor de la abstinencia me acorrala, los fantasmas viscerales se retuercen y mis labios resecos: sedientos te reclaman. ¡Ay amor, dolor del alma! Bésame pronto te ruego, quítame esta angustia prensil que me atenaza; se asfixia el aire en el pecho y el llanto en la garganta, cansados de implorarte por los besos que te guardas. Un beso de tus labios necesito; solo uno. Que me ayude a soportar día tras día, la insoportable ansiedad que me tortura y el bullir de la sangre como espinas. ¡Ay amor! Devuélveme los besos que me faltas. ¡Ay dolor! Devuélveme la vida

Almanaque del alma

Mil días, mil horas, almanaque del alma. Que atesora la fragilidad del tiempo y el árbol de la memoria. Era octubre el embelezo de tu piel que provocaba, en los pliegues de mis años la ternura despertada ...y el amor. Diciembre se vistió entonces de almendras y de avellanas. Y tu boca. Y tus ojos. Llaves de mis antojos. Enero era el fuego que se consumía en flama de aquel amor junto al río sobre la verde grama ...y la pasión. Una pausa, un adiós y aquel febrero de calma. Hubo eclipses de soles, de luna; y la noche se hizo larga ...y la distancia. Y volvió a ser octubre el mes de las esperanzas, de renacer en amores como aquel de la añoranza; cuando caías rendida a mi amor que sofocabas con la sabia de tu sexo y el elixir de tu alma ...y la vida reencontraba. Pero fue abril la definitiva distancia; el que se llevó entre sus hojas por las calles del olvido, el almanaque de sueños que forjamos. En irreparable final, arrojó el tiempo en oscuros callejones, las hojas del almanaque muerto,

Necesito decirte

Necesito decirte quien soy, ponerme en evidencia ante tus ojos, demostrarte cuanto te siento y que eres a mi vida, mis antojos. Pero no puedo, tengo miedos. Quisiera contarte que soy: el que surca tus noches con un beso, atravesando tus sueños infinitos para dejártelo al borde de tus besos. Quisiera contarte, pero no puedo. He llegado tarde hasta tus años; si me pongo en evidencia, será la angustia de saber tu desprecio, tu mirada de lástima en mis ojos, y mi huída, y tu silencio. Pero me callo, no puedo. Prefiero tenerte cerca, cada día y en silencio, saber que tu no sabes que soy el que besas, cuando atravieso tus sueños.

Esta tonta y bella manera de quererte

Esta bella y tonta manera de quererte tan ingenua como amor de adolescente; tímida, provocadora, en arrebatos de juventud, alborotadamente transgresora. Esta inocente manera de besarte, escondido entre paraguas detrás de los carteles, sonrojados en vergüenzas ante los ojos del caminante. Esta torpe manera de abrazarte: como la primera vez en el parque, con el temor en la piel que la excitación me delate, erecto sobre tu vientre. Esta tonta y madura manera de quererte, que me permite ser cuando tú eres, quien regala en un papel tu nombre, unido al mío enlazando corazones. Esta ambivalente manera de quererte; porque ya no somos adolescentes. hay años en nuestra piel, aquel mismo amor y complicidad en el aire.

Milagro muerto

Un milagro de amor aferrado a la cornisa, agoniza en calma pero sin prisa. Un sable de sombras sesgó su confianza y el salto al vacío era su única esperanza. La negra parca tiraba de sus brazos incitando al amor a morir en pedazos. La duda existencial era su fracaso y la desilusión del amor marcó el ocaso. Aspiró el aroma del aire mojado, se lanzó al abismo desde aquel tejado Sobre negro asfalto rebotó su cuerpo; por la herida abierta desangró su alma y en ríos de olvido se irá diluyendo. Sin darme yo cuenta, un milagro ha muerto.

Piel de durazno

Llegaste impetuosa y flagrante a invadir mi vida ermitaña, eras como un fuego arrasando los secos pastos de mi alma. Brotaste en el silencio de mi vida desencantada; eras la vida en simientes yo la tierra seca y árida, Sembraste con tu ternura de suave piel de durazno, en los pliegues arrugados por la intransigencia de mis años. Me viste crecer a tu sombra, dar mis primeros pasos, era para mi el amor entonces, cenizas que se volaron. Muchos años han pasado, nuestro amor algo ha cambiado, somos los mismos de siempre pero en vida madurados. Hoy mi piel no es la misma, ya mis años se han sumado, y los tuyos como entonces siguen como piel de durazno.

Piel a piel

Hojas muertas arrastra el tiempo, se acumulan en la acera de la gastada memoria; en remolinos se agolpan, en ráfagas se muestran, queriendo auscultar la historia que en el tiempo se aleja. Arrugas de piel ajada entre los surcos guardaban, la tersa piel de tu cuerpo joven como una mañana; eras entonces la plenitud, yo el peregrino en calma, y bebía de tu fuente la fresca brisa del alma. El discurrir fatal del tiempo, detenías con tu vida, el que marca la diferencia entre tu edad y la mía; nada te importó más que la vida aquella, fuimos complementos perfectos, dos caras de una misma moneda.

Uno, dos, cientos...

Uno, dos, recuerdos. Cientos, miles, memorias; aferradas como garras sujetándome a la historia. Nada duele más que el fracaso: de la batalla no encarada, por la cobardía del silencio o la rebelión del miedo. Y fueron: ciento una o mil quinientas derrotas en derroteros; inconclusos caminos no caminados; mediocridad. Miedo de viejo. No es el tiempo quien enseña, es el deseo de tomar lo servido, del muestrario que parido suele llamarse destino. Nada es más imperfecto que el defecto no reconocido; el ignorante no entiende que por ganar ya ha perdido.

Sobrevives a mí

Sobrevives a todo: en los negros versos que te escribo, los que perpetúan tu memoria y de hiedra te han vestido. Ellas hablan del amor, mutado en piedra enmohecida, trepado en grises paredes del alma que no te olvida. Sobrevives aún: a pesar de mi amargura enceguecida, en el recóndito lugar que muerde el tiempo. Y la vida. Transformada en cenizas, en urnas de maderas frías, bajo el peso de negra tierra, en un páramo sin días. Y sobrevives: a la decadencia de mi alma que huye masticando empecinada la angustia que fluye, entre la contradictoria espera por tu vuelta, y la mortuoria tumba de olvido que te encierra. Es mi cuerpo carcelero del alma que te conserva, con arneses de fría espera sobre paredes mojadas, empeñada en retenerte sabiendo que adonde vayas estarás sobreviviendo a mi muerte declarada.

Con altura

He de abrazar al último suspiro, como si fuese llama que se apaga, en la oscuridad de mi vida aciaga, sortilegio del aire que respiro. Asistiré voluntario y pasivo, al final del tiempo que termina, que en oscuridad de muerte encamina, al amor engañoso y permisivo. Me retiraré de la lucha amarga, evitando el clamor de la venganza. Y cuando el suspiro se haya muerto olvidaré la pena que me embarga; con total entereza y sin tardanza, enterraré por siempre tu recuerdo.

Cordura atropellada

En procesión: los nefastos días de rutinas, atropellan la cordura que anda por las esquinas despavorida de miedos por temor a la locura. Del encierro que propone mi alucinada vida, en contradictoria historia de lo que desea y dispone, del partir o permanecer. entre la nada y la gloria. En la estática pertenencia a la que someto, imbécil, este estar sin resonancia entre paredes y versos escritos en silencios de rutinarios días. En rutinas rutinarias de ser siempre lo mismo. Inerte madera seca en abúlicos domingos esperando que transcurra este estático vacío. Y volver a empezar… terminar siempre en lo mismo… siempre lo mismo.

El último andén

Debes saber: no tengo sueños para ofrecerte, si me dejas construiré uno, quizás pueda merecerte. Debo decirte: si permites que me quede, mi pedacito de aire tan solo puedo ofrecerte, Debo pedirte: que desarmes mi equipaje, en este último andén del que no quiero marcharme. Debo explicarte: regreso derrotado y vacío; que si tu quieres llenarme, tienes el corazón mío. Debo exigirte: si me ves cabizbajo y rendido no es contigo, no te alarmes, es la memoria jugando conmigo. Debo jurarte : pagaré si es necesario el daño que te he causado sin misericordia y sin juicios. Y ahora deja que me quede, necesito este motivo, reivindicar la esperanza afuera no hay más caminos, es el último que queda y quiero hacerlo contigo.

Las ideas no se matan

Invasoras tradiciones del norte llenan las vidrieras de basuras, dejando atrás en abandono los valores de nuestra cultura. Te cambiaron José Hernández hombre del Fierro y la palabra, mutaron tus notables ideales en un vacío tótem de calabaza. Quizás por haber peleado, tiempos en luchas intestinas, destruimos y olvidamos, nuestras tradiciones argentinas. Nuestros hijos ostentan orgullosos engendros de una pueril cultura, Capas, disfraces y caramelos, halloween se llama esta basura. La tradición quedó arrinconada, quizás por vergüenza escondida, junto a nuestro bello folklore y nuestras danzas argentinas. Impávidos presenciamos la colonización atrevida, en libre albedrío cultural de foráneos modos de vida. En quienes radica el orden es menester que pronto ocurra, por encima del dinero el recupero de nuestra cultura. AMÉN

Debo decirte que:

Ráfagas de vida, de vida sobre el cristal, cristal que transpira transpirando secos alientos, alientos que fueron besos besos que fueron sueños. Sueños que fueron tiempos tiempos de amor y osadía, osadía de un encuentro encontrado entre los pliegues, los pliegues de un suspiro suspiros que son al viento. Al viento fueron echados echados como despecho, despechados por olvidos olvidos que no son ciertos, certeza de un abandono abandonado en un lecho. Lecho cubierto de culpas culpadas de no te tengo, tengo que decirte cuanto cuanto decirte yo debo, debiendo marcharme lejos lejos de este amor incierto. Inciertamente y osado osado y culposo encuentro, encuentro, suspiro, ráfaga ráfaga de vida en el espejo, espejo que transpira sueños sueños echados al vientos.

Debilidad del alma

Como sombra solitaria te asomas a la ventana, detrás de las persianas que ocultan las miserias, y el fracaso del alma. Embebes el aire de ancestros temores, y el silencio, y las manos, el dolor ciernen. Lo ocultan tras uñas clavadas, por noches de vigilias, en manos sangradas que no dicen nada. Mas que la bronca que masticas, que magullas en tu alma, dolorida, flagelada. Por saberte débil, reincidente de fracasos, con recidivas de hastíos, reclinadas en la pena que no acaba.

La huída

Revolvía la noche espasmos de adrenalina. La danza, tu vientre, la droga de mi vida. Maraña de manos lujuriosas rozando, con la baba del deseo la turgencia de tus senos. Tu vientre sacudido en contracciones sinuosas; la lascivia, el dinero y tu sexo expuesto. Las luces, el humo, los ojos desvariados. Tu sonrisa complacida y mi deseo en huída. Afuera la brisa. Las manos en los bolsillos. Un gato en una cornisa maullándole a la vida.

Espiándote

Detrás de la cortina: en la magia que destilas, cuando danzas desnuda jugando con la armonía. Te amaría, fluiría, si tan solo pudiera tocarte por detrás de la cortina. Detrás del espejo: cuando con el coqueteas, cuando lo seduces sabiéndote bella. Te gustaría, te sabría, si pudiese darte un beso por detrás del espejo. Debajo de las sábanas: cuando te agitas dormida; y tus senos descubiertos, y tu sexo. Si pudiese escabullirme por debajo de las sábanas, te haría el amor, me perdería.

Resignación

Volvimos a vernos: En la extraña ciudad de las luces. En la casualidad de los sueños. Vomitabas soledad. Y ríos de alcohol. Tropezabas con paredes. De indiferencias. De ojos inquisidores. De malsana burla. A tus miserias. Miraste mis ojos entre los vahídos del recuerdo. Buscando, sufriendo, una imagen para asociar con mi rostro descubierto. Elevaste los hombros. La botella medio vacía, escondida en la vergüenza. Y tu espalda y el adiós. Y otra vez con tus miserias.

Incertidumbre

Siento que llegó nuestra hora. Que lo planeado será. Que el abismo insoslayable, Sucumbirá. Inexorablemente. ¿Confirmaremos lo que nos une? En la lejanía interminable. Probaremos. Intentaremos. La ilusión forjada. Llegaré hasta tu casa. En la desesperación. En el miedo. Por conocerte. Por conocernos. ¿Me abrazarás en la llegada? ¿Se romperá el hechizo? La decepción. La cita virtual. La memoria. ¿Borrará lo escrito?

Síntoma de abstinencia

" Un abrazo es la transcripción de la paz del otro en uno mismo".

Soledad bebida

Tras negras rejas estoy encerrado, pura hiel de silencios he bebido, por la triste ausencia del olvido, la muerte de mis sueños he besado. La soledad púsome un candado, clausurando con llave mi destino, en el sopor por mi andar cansino, en eterno vacío estoy varado. En trajinar de días que no incitan, a buscar la paz que no he tenido, los rebeldes fantasmas me visitan, destruyendo los sueños que he parido, que en pena y martirio fagocitan, la amarga soledad que he bebido.

Amor y culpas

Y libramos en el ocaso de los años, la guerra encarnizada de las culpas, ella talló mis defectos con su lengua, yo enarbolé mi amor como disculpa. Ella masticó su bronca resentida, esputando antiguos odios en mi rostro, yo le clavaba flechas de cupido y dardos de ternura con mis ojos. Las blasfemas ensuciaron su lenguaje y el hiriente verbo de su odio, intentando mancillar mi corazón, con el injusto castigo del oprobio. Alimentaba la angustia con su ira, revolviendo fantasmas olvidados, nada era más fuerte que mi amor, nada, ni siquiera mis engaños. Con la cálida luz de mis palabras, la noche de su alma fue apagada, ella calmó en mi paz sus arrebatos y en el perdón calmó su alma.

Respeto

¡Silencio!... alguien ha muerto, mis versos hablarán en su memoria, apenas serán en una estrofa, hoy ha muerto un amor, ¡Dios lo tenga en la gloria¡

Cuando estoy contigo, cuando no te tengo

En la incontinencia fluctuante de la espera, el reloj testigo certifica en tu regreso, que la medida del tiempo es la misma, cuando estoy contigo y cuando no te tengo. Te amo mujer en tus silencios, en la distancia eterna de los tiempos, ese que te sostiene dentro mío, sin claudicar cuando me acechan miedos. Porque eres el amor enraizado, con raíces profundas en mi pecho, y que ningún temblor socavará las riendas que te sujetan a mi suelo. Te amo mujer cuando estás tan lejos, porque eres el todo que poseo, cuando juras con tus besos que me amas, cuando estoy contigo y cuando no te tengo.

El reloj

Escribió la mañana su preludio de fuego, salpicando de aurora el mutante cielo, mostraba su marca redonda y naranja, el astro encendido que brillaba trémulo. El día tiñó tus rojizos cabellos, peinados apurados por temblorosos dedos, de peldaño en peldaño bajabas corriendo, la empinada escalera del motel del lago. El tiempo apuraba tu urgencia atrasada, el reloj de la torre en campanadas sonaba, marcando el momento crucial de llegada, del marido ausente que tú no extrañabas. La piel de tu rostro de pasión marcada, llevaba las huellas de una noche larga, que el hombre infinito el que amor te daba, dejaba en tu cuerpo cuando te entregabas. Pereció la angustia que tu urgencia llevaba, cuando al borde del miedo que te desmayaba, en derroche de suspiros feliz observabas, que el reloj marcaba la hora equivocada.

Estremecimiento

Donde el temblor mueve las paredes que sustentan, la armonía del silencio acunado en tanto tiempo. Los pies con debilidad de goma se despegaron del suelo, mis brazos se extendieron hasta sostener el cielo. El poder que movió el alma y derrumbó lo concreto, fue de tus labios dos palabras…te quiero.

Alas quemadas

Repaso el cielo que ayer remontaba, en torbellinos violentos que al sol intentaba, acercar mis alas para que quemadas, pudiese caer en mortal picada. El vuelo fue corto, el corazón explotaba, no se si por el esfuerzo o la carga pesada, lo cierto es que el aire mi pecho quemaba, en cada inspiración que mis pulmones daban. Ella era mi cielo, él me cobijaba, en ella mis alas se acurrucaban, como el ave herida que se refugiaba, luego que una piedra rompiera su casa. Y fue esa misma piedra, que un día arrojada, cercenó el amor que me alimentaba, decidí alejarme a quemar mis alas, allende en el sol y morir en picada.

Octubre, el de la plaza

No existía mientras no estabas, llegaste en la madurez y en la soledad de mi alma, no he nacido para ti, yo ya estaba, esperándote sin esperarte, agazapado en el tiempo, resignándome a mi nada, y era octubre, que reverdeció en esperanzas. Nostalgias de un octubre, de un año marchito, resurgías de la nada como un duende de la noche, te prendías a mis ojos y nunca te marchabas, Octubre de la plaza, de las flores amarillas del árbol que nos cobijaba. Octubre amor, cuando éramos apenas un beso de apuradas, entre tus urgencias y mis deseos que no te marcharas, y los ojos indiscretos y nuestra audacia, y el camino que subías cuando corrías a tu casa, apurada por el tiempo de justificar tu tardanza. Octubre amor, aquel el de las esperanzas, nada volvió a ser desde entonces, nada más que esta nostalgia, que se repite en cada verso cuando evoco tus miradas, y es doloroso decirlo, no naciste para mi, yo ya estaba.

Algo mas que amor

Prefiero el amor, con sabor a interminable caramelo, disolviéndose en la boca… en la boca del deseo, pudiendo vivir el ahora y saboreando los regresos. El amar no es solo amor, ni un reloj que no marque horas, yo necesito tenerte más allá de este momento, no me conformo con poco, tengo mucho amor adentro. Y no me importa el instante que dura un efímero beso, sería inconcluso mi amor si mañana no te tengo, no basta solo un instante, hace falta mucho mas que eso, el amor es solo el aura que envuelve el embeleso, y es solo la piel que contiene los deseos.

El engaño

Cómplice la lluvia con tus lágrimas se fue mezclando, rodando por tu mejillas confundiéndose en el fango, que a tus pies, pegajoso, succionaba el desencanto. Desencanto que provoca, la ruptura de aquel pacto, que nadie sufriría por el amor engañado, y aquella tarde de lluvia lo encontraste entrelazado. Entrelazado a dos piernas que apretaban su cintura, estrujando lo que fue tuyo tantas veces sin premura, tras el vidrio que chorreaba lágrimas de lluvia. Lágrimas de lluvia que desmadran, el incontinente cauce del río de tu llanto, y el pegajoso fango que succiona tras tus pasos, aquel pacto de amor y al amor engañado.

Cositas interiores

- Cuando de mentiras se trata, el amanecer borra lo que la noche escribe. - Cuando más crezco en años más cerca del suelo estoy. - Silencio, reconciliación conmigo

Historia común

Regreso en la memoria de recorrer mis tiempos idos, los que engendraron pasiones desde mis padres, hasta el hecho del amor consumado que parieron hijos. He buscado el amor, quizás más que nadie en el mundo y el amor fue el encuentro entre tu amanecer y el mío, dejando al descubierto la huella, del amor necesitado y profundo. Y vuelves, y te quedas, por instantes breves y lo permito. En el remanso almendra de tus ojos llenando mi mirada, del sueño eterno de abrazarte en mis recuerdos, estrella fugaz, arena que resbalas entre mis dedos. No es pena lo que revela la oscuridad de mi alma, es la dicha de haberte bebido, en cada lluvia enamorada. Es la gloria de recordarte sabiendo que dejaste, la profunda huella del amor dentro de mi alma. Y vuelves y te quedas tantas veces como quiero, y permito que te vayas cuando el amor consumado, procrea vida y melodías en el vientre de mis recuerdos.

Y Curro se muerde los labios y calla...

En donde el palmo canta llorando… Ay mi amor, sin ti no entiendo el despertar, ay mi amor, sin ti mi cama es ancha, ay amor, que me desvela la verdad, entre tú y yo la soledad y un manojillo de escarcha… Sábado a la noche, vísperas de un domingo de primavera, Serrat murmura el cantar del Curro y su desvariado amor., y yo…te recuerdo, como figurita repetida, que cada vez que repaso el montón te apareces enredada en ellas. Y me siento el Curro el Palmo, que canta cantares en soleares y… Y Curro se muerde los labios y calla… Y tus manos frías rechazando las mías, que con el pretexto de mi mala memoria querían recuperarte por un instante…después quisiste volver, pero ya era tarde… Y otra vez… Curro se muerde los labios y calla …y… Se enfrió la tarde de un febrero de amor y de olvidos, cuando te fuiste buscando un no se que, y ya no regresaste, te quedaste allí donde no quiero que estés, y …el Curro se muerde los labios y calla…y calla… Ay amor, sin ti no entiendo el despertar… Pero solo po

Luz interior

No hay claridad mas grande que la que encierra la oscuridad de mis párpados cerrados, en ella puedo ver mi interior sin interferencias ni sombras, allí puedo ser yo mismo, desnudo en cuerpo y alma, puedo pasar desapercibido a los ojos mezquinos de un espejo, que me espía y me juzga solamente por mi oscura imagen exterior. Soy luz y oscuridad al mismo tiempo, convivo con las dos, rara vez coincido con ambas.

Alberto Girri

"A la poesía no se la define, se la reconoce"

Intención

La rosa me robó un beso antes de llegar a tus manos, no creo poder perdonarla, pues debió robarme todos.

Esteeee...

¿Un contador de visitas, es un medidor de EGO? Un rostro, un espejo. ¿Amor u odio? Un simple centavo mueve hasta las estatuas (vivientes).

Desvaríos

Desandando caminos, sobre mis pasos transcurridos cada salida hacia delante es un suplicio cada regreso a mi morada es un martirio… …de angustia desbordada, de temores, de la incertidumbre inexplicable, del miedo a mi propio interior ridículo… …que empeñado en suicidarse sale a buscar sin motivos el espacio que no existe mas que en su cuerpo VACÍO. Y regreso, y me escapo y vuelvo a regresar dolido a ese espanto instintivo que significa estar vivo. ¿Autocompasión?... ¿Locura y desvarío? Paso… ¿algo de todo esto SERÁ MÍO? Desandaré quizás tantas veces estos caminos, enterraré mil veces la eterna pregunta y saldrá airosa en respuesta franca con un NO rotundo. ¿Será SIEMPRE lo mismo?

Efímero

Amor prohibido, deliciosa y excitante locura.

Renacer

Amaneció el invierno entre pálidas escarchas, Atrás el otoño, embarrado de hojas dejaba mi alma, todo parecía, la ausencia, la nada, y en el páramo yermo, sin darme yo cuenta la vida brotaba. Volveré a tu encuentro, dijiste sonriendo la noche en que el tiempo de vida acababa, me verás rondando y seré esperanza, cuando la nevada cubra la montaña. Me verás más blanca que la nieve blanca. me verás más pura que la pura agua, brillarán tus ojos, igual que tu alma cuando me descubras en la rosa blanca. Y sabrás entonces que bajo las nevadas floreció tu rosa junto a tu esperanza.

Amor o desvarío?

Incipiente amor, en vapuleado corazón, quien retorna del hastío, de los amores oxidados en baúles de olvido. Retoño reverdecido, de un árbol reseco y muerto. Brote seminal que resurge del deseo, de recuperar el sol de los días que no fueron. Te doy la bienvenida en señal de respeto, en señal de esperanza te entrego mi sueño. ¿Eres amor, la lluvia del estío? ¿Regarás las cuencas de mis secos ríos? ¿O sólo serás correntada arrastrando mis desvaríos? Amor incipiente, serás quien sabe acaso, un futuro olvido. Pero mientras germines te regaré como mío, porque mi tierra reseca necesita de tu río.

Ingenuo amor

Ingenuo amor, te creíste el elegido, que tú eras el dueño de todos sus suspiros, que eras la energía que aceleraba sus latidos. Arrogante amor, dueño de su nada y de su olvido, dueño de su espera, pero no de su destino. Dime ¿Qué creíste cuando se cruzó en tu camino? Que al hacerle el amor ¿Estabas en su corazón metido? Si sólo fuiste un respiro de su abrumador hastío. Ingenuo amor, el muro que hoy lamentas se estrelló en tu rostro y lo hizo añicos. Escupitajos de flechas se clavaron en tu pecho, envenenadas de burlas y sarcasmos mal paridos. Se rieron de tu ingenuo amor enceguecido, te patearon el trasero de animal malherido, te arrojaron como tiesto y te dejaron vacío. Por eso cuando despiertes a tu corazón partido, tírate de las orejas como señal de castigo, júrate hacia dentro que nunca serás vencido, que nadie más en tu pecho volverá a clavar cuchillos.

Memorias de amor

Pienso, si mi amor hubiese sido bruma, se hubiese disipado con el viento, o disfrazado tal vez, de gotas de rocío, sobre la hierba reseca del invierno. Pienso, si mi amor cuando te fuiste, hubiese sido relámpago en el cielo, en perecedera luz languidecida, no podría tocarte ni en recuerdos. Pienso amor, y esto es tan cierto, que cuando el amor no es todo eso, la ansiedad de la espera regurgita, la dolorosa memoria de los tiempos. Y el recuerdo del amor es lacerante, comprime en angustia y fibrila el cuerpo, deshilacha en hebras la esperanza, de encontrar el amor en otros besos.

Poesías cortas

Devolución Hoy vi a un bebe en brazos alimentando a su madre. Felicidad El ciego sonreía porque podía mirar al sol a los ojos.

El llanto del ángel

Declama el ángel sobre las espadas de fría y seca sangre bañadas, la muerte ríe sobre sus espaldas blandiendo la lista de almas segadas, fue dura la batalla, la angustia y la sangre la tierra manchaba y olores de muerte el aire anegaba. El ángel llora de pena, por la sangre derramada del amor que fue muriendo con la muerte de las almas.

Soñarte siempre soñarte

Cuando eras sólo un deseo seguí tus caminos, inconscientes, duros, inciertos, eras el sueño pretendido de mi amor, huérfano de respuestas y de afectos. Cuando llegaste eras, la pretendida realidad imperecedera, la mansedumbre del sueño, la servidumbre del alma que se entrega. Beso el beso que dejaste en mi almohada aquella noche, aquel que muta lo sueños que desean encontrarte, entre el abismo oscuro que te sueña y la realidad de la luz cuando siento que te alejas. Cuando te fuiste al fin de la noche de mis sueños, la realidad me despierta y veo ausente tu presencia, el sueño sólo era un sueño, otro sueño que se aleja. El beso es huella, el sueño sueña. Mi corazón poeta pide por tu vuelta, cuando la ansiedad de verte sueña que te sueña. Mi sueño será esperarte aunque la noche me duerma.

30 de julio ( tu regreso)

Curiosa noche esta noche, no esperaba tu regreso, sin bajar del coche me miraste, y vi el amor en tus ojos. Esa mirada ausente luego de tanto tiempo, tu marido a tus espaldas y nuestra complicidad al acecho. Tanta nostalgia, tantos recuerdos cuando miré tus ojos, como la película de amor que alguna vez nos brindamos. Que bueno fue mirar tus ojos luego de tanto tiempo, fue la vida en un instante y el renacer del deseo. Y tomé mi lápiz y este cuaderno, donde anoté tantos besos para recordarme siempre que todavía te quiero.

Plenitud

Alimento tu vida a cada instante y recupero el amor que te profeso, en caricias suaves de tus ojos y en el néctar aditivo de tu besos. Amarte significa más que eso, es mi amor peregrino en derrotero, es profecía impregnada de infinitos, es en mis manos tener tu cielo Cuando te amo revisto tu universo, con corazas que te aíslan de lo incierto, te protejo como al más fino cristal, y me vuelvo custodio de tus sueños. Amarte es más que eso, es conjugar tus sueños con mis sueños, es someter la angustia de ser nadie, y recuperar al hombre y su deseo.

Sin tiempos

Cuéntame sobre el ocaso desde mi lugar no puedo verlo, he perdido el horizonte desde que estoy preso. Dime si tus noches son tan largas como las noches de mi encierro, hace tiempo las estrellas, brillan ausentes en mi cielo. Muéstrame con palabras la fina lluvia del invierno, aquí la humedad de mi celda, cala profundo hasta mis huesos. Cuéntame quien te abraza en la tibieza del lecho, la soledad en mi cama se ha llevado tus recuerdos. Dile cuanto te he amado, te he brindado hasta mis sueños, entregándote mi alma en bandeja de terciopelo. Si alguna noche me piensas en los brazos de otro dueño, recuerda que te marchaste dejándome en este infierno, mi cárcel interior, mi celda, de mármol frío de inviernos, donde no veo horizontes, ni lluvias de estrellas, ni cielos.

No eras mi destino

Te imagino mujer enamorada con los ojos llorosos y en silencio, escudriñas en lo oscuro de tu alma la ilusión apagándose por dentro. Imagino los otoños de tu espera deshojando las ramas de tus tiempos, y el hastío abrasador que sacrificas esperando al amor que nunca ha vuelto. Quise volver te lo juro, a buscarte en el puente prometido, quise volver por mi sueño pero otro fue mi destino. Alguien quizás te cuente de mi apurada partida, la vida quiso llevarme por caminos con espinas, fueron muchas las esquirlas, fueron muchas las heridas, que truncaron mi regreso a buscarte amada mía. Y hoy te imagino mujer desde este espacio de luz, donde solo brilla la nada, de donde nunca se vuelve, mas que en el deseo angelical proyectado desde mi muerte. Por eso mujer entiérrame, cúbreme de olvido, arena y cemento, y perdón por no buscarte, juro que quise hacerlo.

Imágenes

Este cielo tan claro y tan limpio que me viste los ojos de fiesta cuando salgo de mi a buscarte en las copas de las arboledas. Te imagino flotando en el viento con el trino ritual de las aves en la voces de todos los tiempos serpenteando tus formas al aire. Mariposa lumbrera del alma te detengo en la luz del rocío madreselva sensual desvarío llamarada de aquel amor mío. Verdadera poesía de Mario Alvarez Quiroga

Placebo

Eleva tu volcán su lava ardiente, el climax feroz de su fuego contenido, desde el vientre caliente de tu tierra, hacia mi calmo valle adormecido Me cubres generosa con tus ríos, transfundiendo en mí cauce tu energía, como sangre de vida que derramas, sacudiendo de espasmos mi apatía Me quemas, me abrazas, me evaporas, como sal de mar en tus entrañas, y me dejas caer en fina lluvia que el orgasmo de tu vientre acapara. Luego, te acumulas en cenizas, en la ladera escondida de mi espalda, tu fuego se refugia en tus entrañas, y los ríos ya no corren, y la lava que se apaga.

Trece actos de amor

1. Detrás de las paredes alguien espera. 2. Detrás de las paredes alguien rechaza. 3. Detrás de las paredes alguien implora. 4. Detrás de las paredes alguien calla. 5. Detrás de las paredes alguien llora. 6. Detrás de las paredes hay un perdón. 7. Detrás de las paredes hay un te quiero. 8. Detrás de las paredes hay un adiós. 9. Detrás de las paredes hay un silencio. 10. Detrás de las paredes hay una sombra. 11. Detrás de las paredes hay un vacío. 12. Detrás de las paredes hay un disparo. 13. Detrás de las paredes alguien murió.

Quiero

Quiero un lugar Quiero mi espacio Quiero un cielo Quiero mi isla y quiero mi mar Quiero mi sol y mi luna Quiero estar y permanecer Quiero ser y pertenecer Quiero una noche eterna Quiero mi refugio y te quiero en el Quiero el silencio y quiero mi música Quiero la distancia para no volver Quiero estar cerca para poder ver Quiero el abrazo que no sea mezquino Quiero un adiós que no duela Quiero un hola que sonría Quiero la justicia de los injustos Quiero transformarme por un instante Quiero ser el otro Quiero ponerme en su lugar Quiero verme Quiero entenderme Quiero comprenderme Quiero descubrirme Quiero quererme Quiero volver a mirar Quiero volver a oír Quiero volver a tocar Quiero volver a sentir Quiero dejar de solo estar Quiero dejar de vegetar Quiero dejar de transcurrir Quiero dejarme de diluir Quiero dejar de desvanecerme Quiero poder Quiero ver más opciones Quiero saber elegir Quiero aceptar que se puede Quiero aceptar que no Quiero tener claridad Quiero más luz Quiero otros ojos

Pídeme

Esta noche quiero quedarme contigo, que mi voz susurre la pasión en tu oído, que mis manos espíen sobre tu vestido, el húmedo abismo que encierra delirios. Que no haya nadie que distraiga el tiempo de poder amarnos en libre albedrío, como aquella tarde cerca del crepúsculo cuando fuimos uno a orillas del río. Esta noche siento tan solo el deseo, de oír palpitar tu pecho sobre el mío, que tus ojos digan que soy solo tuyo y murmures te quiero entre tus gemidos. Y que no haya moral ni haya marido que impongan barreras entre tu sexo y el mío, y que al llegar el alba en el lecho tibio pidas que me quede por siempre contigo.

El amor en los tiempos sin cólera

Todo era magia, misterio, palabras encantadas, y fue un placer cuando te fuiste, besar la huella de tu cuerpo en mi cama desarreglada, prolongación de tu presencia en el aroma y la tibieza que dejabas. Después, la vida se encargó de afirmar entre despedidas y reencuentros, que todo aquello que comenzó desde la nada, era mucho más que un simple encuentro, producto de dos almas necesitadas, era la profanación de la cordura por el amor prohibido y que nada importaba, que sobre todas las cosas la ternura sería el arma con que flagelaríamos nuestros cuerpos, en cada encuentro y hasta en una simple mirada. Eras la coincidencia que los incrédulos negaban, de poder amar a dos partes y sentirte igual de amada. El tiempo pasó, la distancia parecía lejana, el amor quizás era el mismo pero de manera diferente se expresaba, ya no habían urgencias, solo la madurez expresada, en escasas y profundas palabras, en miradas de fuego apasionadas, en silencios cómplices que mostraban, que la unión entre nos

Sensatez

No dejes amor que adentro llueva, afuera el frío no acompaña, no quiero partir esta noche solo, anegado el corazón y el alma.

Besos al aire

Parte el beso audaz buscando su destino, musita el deseo en la ansiedad del aire, de llegar a trémulos y lejanos labios, que son el preludio del voraz delirio. La dueña del beso subyuga mi alma y reposa distante ajena a mis ganas, de llegar herido al morir la tarde, desplegado en besos sobre su regazo. Abrazó la noche la piel desgarrada, del silencio eterno que nunca responde, murió el beso que parió mi boca, porque el corazón amado ya tiene su dueño.

Desilusión

Palidece la espera en callado murmullo. Tiemblan sus manos al apretar el vacío. Sus ojos aumentan su rutilante brillo. Lágrimas corriendo riegan su vestido. Sus brazos caen colgando rendidos. La decepción abrasa mi seca garganta. Su reacción muda eclipsa mi alma. Mi amor profesado se funde a la nada. No hay devoluciones de hermosas palabras. El silencio basta, ella no me ama.

Desahogo

Aureolas de sal sobre la almohada, de siglos hastiados de soledad, de postigos cerrados en silencios, de apretada garganta en orfandad. Era la angustia que paría, lágrimas redondas de tristezas, derramadas en insomnes noches, cuando la vida era fría piedra. Como el efímero espacio de un segundo, brotaban para morir deshidratadas, y solo quedaba la resaca, del dolor sobre mi almohada. Compungido en contracciones, sin más testigo que mi alma, cuando la agonía de estar vivo, derramaba lágrimas saladas. No era el final, era el principio, el comienzo de la calma, era el elixir que relaja, la pena que no se marcha.

De río

Claudica la luz al llegar el ocaso, el abrazo se enfría cuando el adiós se aproxima. Nada es como entonces, ni la casa, ni la calle, ni el manso cauce del río. Los ojos que ya no miran al atardecer caído, sucumben incrédulos al ver compungidos, al cuerpo de la muchacha que se alejaba sumiso, por el danzar ondulante de la canoa en el río. El viento serpenteaba garabatos de suspiros y el amor se derramaba con sus fantasmas de olvido, tallando surcos de lágrimas sobre la piel del rostro curtido. Y el pescador ya no pesca, su amor se lo llevó el río y en redes de espuma blanca junto al amor partido, quedaron sus esperanzas, ya sin razón, ya sin destino.

Desangelada

La niña de ojos azules y de raída pollera, mira correr al sol detrás de la cordillera. Queriendo alcanzar su luz a la hora de la siesta, corretea cuesta arriba por el camino de piedras. La niña de ojos azules y manos de ajadas cosechas, subiendo por el sendero recoge una madreselva, que para su madre sueña, será como la primavera, a la que un prepotente invierno la sumiera en la tristeza. La niña de ojos azules se recuesta en la pradera, ausente de la nevada que de frío encegueciera, la vida de aquel pastor que por salvar sus ovejas, arriesgó su propia vida dejando dos vidas huérfanas. La niña de ojos azules tan duros como la piedra, y enceguecida mirada con lágrimas de madera, por su niñez estafada la vida se le riera, desciende por el sendero a su madre que la espera.

Bipolar

A veces me canso y me rebelo de recibir migajas de tu amor partido, me descanso en silencios de distancias a llenar de nuevo mi cántaro vacío. Me provocas, me usas y me desusas a tu placer y antojo al amor mío, y se vuelve rutina mi presencia, y te vuelves inmune a mi cariño. Y me alejo y vuelvo reincidente a buscar el cielo prometido aún sabiendo que las tormentas, son constantes en tu eterno desvarío. A veces me canso y me rebelo pero no puedo modificar mi destino, que me acerca incontrolable aunque no quiera a buscar de nuevo al amor mío.

Apatía

Parálisis total, apoplejía estentórea que me retiene sumiso al borde del precipicio. No reniego de mis ansias solo me impido seguir, al amor que está lejano, inmaculadamente intacto. Lo carnal de tus labios tortura mi mente como un bálsamo insano, de escarapelas de espinas, rojas encarnadas apretadas en la espera, de saber que no llegaré, el temor no me deja.

Espera

Hubo un tiempo de espera, hubo nada, amaneceres vacíos de aromas y caricias puertas escondiéndome entre paredes oscuras. Hubo ausencias de amores deseados, nada fue, nada queda, lo que ansía el alma se transforma en angustia cuando se desilusiona en la espera. Entonces aprendí que todo llega, que el tiempo me proveerá en el tiempo de amores o de nada y desde entonces ya no espero, sigo alimentando mis sueños detrás de cada puerta cerrada.

Inconcluso

Lo vi en mi alma tendido deshilachado de hastío, aterido por el tiempo y telarañas de frío. El, había sobrevivido catástrofes de olvidos, desilusiones de amores en sábanas sin cariños. Anoche murió mi sueño lo vi en mi alma tendido, sangrando sus ilusiones, sin terminar su camino.

Reconciliación

A la realidad perenne de días de grises y claros, desde mi desesperación vuelvo a nacer altivo, veo transcurrir mi existir etéreo, por callejones cargados de escepticismo. Nada es más fuerte que el temor de la equivocación constante, del yerro malsano que acumula vidrios rotos y vacías cuencas de enceguecidos ojos. La tempestad arrasa la pasión incomprendida, hacia al abismo profundo de los tiempos, desgarra corazones inmisericordiosos, con la justificación del vivir por instinto. Vuelvo reconciliado a caminar erguido, demoliendo piedras de rústicos caminos, diluyendo rastros de un pasado tibio, a buscar mi esencia entre los rotos vidrios.

Sin reflejos

Hoy queda solo el eco vacío de mi voz rebotando en al espejo privilegiado eterno que compartió conmigo sus ojos recién abiertos. Las marcas de la almohada en su rostro cansado, la amplitud de su boca en un bostezo susurrado, su aliento a menta fresca humedeciendo mis labios, y el adiós de una lágrima sobre el vidrio empañado.

El vagar de los sentidos

Mis Sentidos, de mis horas sin vos únicos testigos, vagando por mis espacios confundidos, te Observan arrojada al lecho de mis labios tibios, Saboreando el néctar de tu sexo infinito y receptivo. donde cobijé tantas veces mis predispuestos sentidos, al Aroma a fresias en cántaro de fuegos sumergidos, que quemaban los Táctiles dedos en incesantes recorridos, movilizando el placer de tus sentidos, que eran también los míos. y la percepción del tiempo en la pulsación de tus latidos llenándome de alborotados Sonidos el corazón mío, por el goce del amor compartido.

Solo dame una razón

Solo una que me ayude a entender la distancia a atesorar en el tiempo la ausencia de tu presencia. Quiero probarme que soy capaz de sobrevivir en el exilio, de tus brazos que no abrazan de tu labios que no besan, cuando el egoísmo que acarreas con tu esencia, elige los tiempos para poder amarnos, para poder sentirnos. cuando eres fuego arrasador avanzando inquietante, in crescendo en el tiempo, hasta volverte incontrolable hoguera, para luego aminorar tu marcha en señal de cansancio, de distracción aparente. Escondes tus manos en el espacio oculto de la indiferencia donde el roce pasa desapercibido a los ojos de mi búsqueda, y dejas de ser mía para volverte de nadie, te encierras en el abandono de no querer, hasta lo que quisiste un tiempo antes, y que ya es recuerdo ausente por el paso efímero del tiempo. Solo una razón te pido para seguir queriéndote, sin caer en el desánimo que provoca el silencio, de tus manos que no tocan, de tus labios que no besan, y de tu indiferencia cuando m

Pasiones

Fuimos, cuando callaron las palabras, Solo uno. Roces de cuerpos jadeantes, de salivas humedeciendo sexos, erguidos y abismales, sin límites. No precisamos sonidos que pronuncien nuestras lenguas (manos húmedas), en ese instante oculto de miradas ausentes, cómplices nuestras almas hambrientas de ternura. Y fue el final (o el comienzo), de la angustia, de la espera, el éxtasis total (la calma aparente), disimulado por el cansancio de los cuerpos. Y fue entonces que tomé tu rostro y lo hice mío, para sentir,en la ausencia que te lleva la paz de saber que no fuiste un sueño.

La sombra del amor

No sé como sucedió ni cuando, solo sé que un día asomado a la baranda del puente negro, sobre el lago artificial del parque Sarmiento, cuando el sol descendía abruptamente en los cortos días de invierno, vi reflejarse sobre el agua, verde de musgo y suciedad acumulada, una sombra de mujer, curiosamente adosada a mi propia sombra. Giré mi cabeza tratando de ver a la persona que se había acercado sigilosamente sin que yo me percatara, pero no había nadie detrás, ni siquiera en los alrededores como para suponer que haya escapado rápidamente. Superado ese instante de confusión y pensando que el sol me había jugado una broma, volví a mi situación inicial para observar a los patos que allí se concentraban en busca de su alimento.Transcurrió un instante y otra vez la sombra proyectada sobre el agua junto a la mía, esta vez no me di vueltas, me quedé observando a mi sombra moverse junto a la otra misteriosa sombra como si ambas tuviesen vida propia. Lo primero que atiné fue preguntarle quien e

Centinela

La luz de Luna abrocha tu sombra. Se despide como vuela un pájaro, con un beso. Marioneta del viento en las ruinas de lo dicho. Me deja centinela de estos cuerpos que el poema intenta aliar. He reflejado mi imagen en este espejo que es la vida y encontré otra que vale la pena ser mostrada, no porque la haya encontrado yo, sino porque su curiosidad vino a mi, y es un halago haberla contemplado. Se llama Daniel O. Requelme y me he tomado el atrevimiento de mostrarlo sin su autorización, porque la vida transcurre muy rápido y no quise perder tiempo en formalismos y aquí publico su dirección, su sabiduría sabrá entender mi osadía. Su dirección es... http://danielrequelme.blogspot.com/ Algo para no pasar por alto.

Sonidos

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De hamacas (mi escuela) De niños (mi infancia) De trenes (mis sueños…mis sueños) De pájaros (las escapadas en las siestas) De música (el tocadiscos de mi padre) De guitarra (papá Noel, me la debes) De silencios (mi adolescencia) De herramientas (mis manos) De primeras palabras (mis hijas) De perdón (me faltan pedir muchos aún) De tu voz (siempre tu voz)

Tacto

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A madera (mis juguetes) A barro (la libertad de mis pies descalzos) A caramelo con maní (siempre presentes) A naranjas de ombligo (Julio, mi amigo) A pasamanos de trenes (otra vez mi sueño) A taco de billar (mis escapadas del colegio) A piel (mi primera vez) A caña de pescar (mi adolescencia) A labios (mi primer beso) A cuerpitos de bebes (mis hijas) A vos (siempre vos)

Sabores

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A miel (mi infancia) A pastelitos con almíbar (mi madre) A caramelos con maní (mis travesuras) A dulce de batata con queso (mi padre) A duraznos blancos (mi casa) A caña Legui (mi adolescencia) A Marlboro (mi trasgresión) A licuado de banana (mi juventud) A empanadas turcas (toda la vida) A cabernet-sauvignon (mis amigos) A flan casero (vos)

Colores

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De mis primer lápiz (azul y rojo) De mi primer pantalón (azul grafa) De mi infancia (verdes y tierra) De mis primeros amigos (color inocencia) De mis maestra (su celeste mirada) De mi madre (el castaño de su cabello) De mi padre (la gris tristeza de su mirada) De mi adolescencia (el negro) De mis hijas (todos los colores) De vos (el marrón almendra)

Aromas

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A pan dulce casero (mi madre) A flor de palo borracho (mi infancia) A galletitas manón (en mis bolsillos de niño) A tinta derramada (mis aulas) A mandarina (mis manos) A barro (mis pies) A trenes ( mis sueños) A río (mi adolescencia) A cigarrillo (mis transgresiones) A perfume Jhonson’s (mis hijas) A Sur naturel (mi isla) A vos (mi sentido)

SINO

Me contaron que te vieron persiguiendo una quimera, que ya no eras la misma, que algo en ti había muerto, que el amor al que aferrabas se había marchado lejos dejando tus manos frías y un gran vacío en tu pecho. No fueron correspondidos, el amor, las caricias y besos, que ultrajó sin compasión la inocencia de tus sueños, que forjaste aquella noche cuando el mentía un te quiero, y te aferraste enamorada consumando los deseos. Que ya no eras la misma, eso entonces me dijeron, que divagabas recuerdos por horizontes eternos, esperando su llegada como un vigía de puerto la barca que lo trajera para encallar en tu cielo. Yo tampoco soy el mismo, algo en mi también ha muerto. Ya no quedan esperanzas que alimenten estos sueños, de poder decirte un día, que eres mi luz, mi sino y mi cielo. Que hubiese dado la vida tan solo por un momento, para acariciarte el alma con la ternura de un beso, y pedirte que te quedes, que afuera no hay otro cielo, que pueda darte la calma o el amor que te mintieron

Sueños de calesita.

Andrés seguía la tradición familiar, era calesitero. El abuelo la había ubicado en lo que posteriormente sería una plaza de un barrio de Buenos Aires. Andrés es un hombre bueno, adora a los chicos, muchas veces dejaba entrar a los más carecientes, sin cobrarles boleto. Con esfuerzo y trabajo agiornó la calesita, renovó la pintura de todos los juegos, agregó otros más modernos. Una noche manos arteras y egoístas incendiaron la calesita y la ilusión de Andrés y sus niños. Para vos Andrés y para todos los que como vos aman la vida. El recontó sus monedas una y otra vez aquellas que había logrado reunir de tantos mandados hechos a sus vecinos, se arregló el cabello con ansiedad de niño, miró su sonrisa dibujada en el espejo, y soñó. Se despidió de su viejita. Tomó su bicicleta herrumbrada, hizo el recorrido que tantas veces dibujó en su mente soñadora. Llegó a la plaza temprano, no había muchos niños revoloteando en los juegos. Se dirigió directamente a la calesita, la que conocía desde ha

Nada

El mar, revoloteaba espumas sobre las frías rocas, en la playa, las huellas que ayer dejaste eran arena mojada, lo que ayer fue, hoy es nada. Cada día es un dibujo, mutante, de espuma blanca, ya no estás en las olas que el viento furioso izaba, ya no eres el tiempo, de otrora, cuando me amabas, furiosa, altiva, orgullosa y vasta, Ya nada eres más que un recuerdo enjuto, de lágrimas apagadas.

Profundidad

Hoy he visto unos ojos horadando mi mirada, resplandecía en su albor la candidez y la calma. Nadie rondada mi casa ni el alféizar en mi ventana, solo tañidos de bronces y soliloquios en mi alma. Hoy he visto unos ojos reflejando mi esperanza, no era un milagro divino, eran los ojos de tu alma.

Lluvias,lluvias

La lluvia, continuación de mis lágrimas, obsecuentes por el amor distraído, por extrañas manos que hurtaron, sus tiempos y sus suspiros. Ella, el otoño consumado entre frágiles cristales clandestinos, en la huida de mi absurdo amor monótono y tibio. Fue la última lluvia que se llevó el amor mío arrastrado por el fango en aluviones de olvido, su llama se fue apagando, muriéndose sumergido. Ella volvió a sus miserias yo en mis silencios volví a ser el mismo, ya no hay lágrimas en mi alma, se las llevó con su hastío.

Solo Pappo

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Viva Pappo! escrito por Blog Rock.com.ar Sunday, 24 de February de 2008 A tres años de su adiós, rock.com.ar le rinde un tributo con un podcast conmemorativo. Podés escucharlo, descargarlo y también pasarlo en tu programa de radio. Es gratis, claro. http://blog.rock.com.ar/notas29112004/viva-pappo!.html El accidente fue a la medianoche. Diez minutos después de que comenzara el fatídico 25 de febrero de hace tres años. Fue en el kilómetro 71 de la ruta 5, cerca de Luján. Desde ese momento, muchos dijeron que así entró en la leyenda. Y no es verdad: Pappo ya era leyenda desde hacía mucho antes. Como no lo olvidamos, desde rock.com.ar le hacemos un tributo con un podcast de 12 minutos y 55 segundos que podés escuchar y descargar en forma gratuita. Si tenés un programa de radio, también podés difundirlo libremente. Y un abrazo para el Carpo, esté donde esté.

Niños del Brasil

Desconozco el nombre del fotógrafo pero las fotografías están muy buenas.
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¿Que es el amor?

Que es el amor me preguntaron, no supe responder con certeza, no creo que haya una definición correcta, solo existe la fría e inexpresiva que reflejan los diccionarios. Me preguntaron sobre el amor, y se me ocurrió pensar en un gran agujero negro, que todo lo absorbe, que todo lo succiona, que tiene el poder infinito de modificar el mundo a su alrededor a voluntad y nadie puede detenerlo aunque interponga un murallón de indiferencias, el decide cuando llega y cuando se va, el puede provocar remolinos de pasiones inexplicables, intangibles, etéreas, efímeras y porque no, también eternas. El tiene el poder de contraer nuestros músculos, de hacernos hacer las piruetas más alocadas para cortar una flor, para robar un beso; tiene la facultad de transformar las desarmonías físicas del mundo y transformarlas en bellezas subliminales, convertir a un ciego en el mejor pintor de poemas y prosas y al sordo en el mejor vocalizador. El amor, ese gran agujero negro al que todos deseamos cuando no lo

La rosa blanca

Te acuerdas cuando en otoño, allende oronda llevabas colgada de tus enaguas la pálida rosa blanca, que alguna vez la cortamos del rosal de la montaña, y que dijiste que el día que nuestro amor terminara la enterrarías con glorias y alabanzas de esperanzas, que cuando vuelvan las lluvias, en veranos a mojarla renacería del recuerdo la marchita rosa blanca y hasta quizás en nosotros, florezca el amor, eso deseabas. La rosa no floreció, de mi amor nada quedaba, en tus recuerdos apenas sobrevivió la esperanza. De mi, nunca mas supiste, eso decía la carta que las manos de un chiquillo esa tarde me entregaban. Tenía tus mismos ojos, tus mismas largas pestañas, sacó de un sobre arrugado de sucio papel de estraza una cajita agrietada de tantos años guardada y me la entregó en silencios de vergüenzas y cabezas gachas, y una sequedad desértica se apoderó de mi garganta cuando ví guardado en ella la marchita rosa blanca, que no floreció en veranos, y que ella atesoraba en señal de aquel amor que

Al sur del mundo... un hada

Salí en busca de otros espacios, otras islas diferentes y recaí en esta que a mi experta visión de buscador será seguramente otro lugar para regresar. Quiero compartir este blog que tiene magia de hadas. http://palabras-al-sur-del-mundo.blogspot.com/2006/08/chuik.html

Apurarse ...

Acostumbrado a no tener tiempos, a desmerecer la vida entre relojes, calles atascadas, gente apurada, hasta yo mismo que me veo corriendo apurado como si la urgencia fuera tan necesaria. Creo que se ha vuelto rutina esto de andar apurado, y el día que no la tenga, como ahora que estoy disfrutando de mis vacaciones anuales, me encuentro perdido, desorientado, casi como autómata recorriendo el día sin saber a donde ir.Para colmo hoy es domingo, día nefasto para encontrar el acompañamiento justo y necesario para no sufrirlo; y la lluvia, inconstante lluvia, que lucha en guerra sin cuartel con el sol por preponderar en su tiempo de permanencia y que aseguro es sin treguas. He leído con angustia la urgencia de la gente por matarse, en nuestras rutas,en una total contradicción, viajan apurados para poder disfrutar mas su tiempo disponible y solo apuran su tiempo de partida definitiva. ¿Y los días que quedaron sin vivir, y los amores que quedaron sin amores? Dos realidades parecidas, apurarse

Nobleza

Cali, gracias por tu intención de mostrarme, sos mi primer contacto causal y me alegra haberte conocido, en este corto tiempo me has demostrado tu calidad humana y eso para un eterno buscador es un gran tesoro para seguir conservando, espero no defraudarte. Gracias también por permitirme compartir a una de tus amistades eso habla muy bien de tu generosidad.

Algo de mi (post-post-presentación)

No voy a fingir quien soy, si tengo que ser luz o penumbras lo seré, no hay nada mas importante que ser uno mismo. Si tus caminos te traen por casualidad o causalidad al cruce con el mío, encontrarás la sinceridad de un tipo anónimo, en cada intención o en cada pensamiento que sientas curiosidad por leer. Aceptaré críticas sin ponerme colorado, serán mis ayudas para seguir creciendo y continuar en la eterna búsqueda de mi espacio en este mundo. Algo menos importante, mi nombre es Daniel y te agradezco que hayas cruzado por este espacio y por favor, deja una huella de tu paso, quizás necesite seguirte.

¿Que es un beso?

Un beso, es la firma del amor declarado, es la brisa que alborota mariposas en un vientre enamorado, es el viento que despeina el alma y despierta la modorra del deseo, es el espacio más íntimo donde sucumben las palabras innecesarias, es la saliva que moja la intimidad amada, es la señal del orgasmo mordido en sábanas blancas, es la marca que no deja huella pero que determina espacios que no deben ser violados, es llegada, es partida.

Post introducciòn

Nada es mas preciso y mas exacto que ser uno mismo, los errores se suceden continuamente y eso da la posibilidad de modificar conductas, acciones, para que no se repitan, si eso no sucede, si se vuelven recurrentes, solo cambia de vereda, en la otra podrá haber una piedra pero será diferente y además irás alerta sabiendo que puedes volver a tropezar. Nada tampoco es eterno, solo existe la posibilidad de un esfuerzo mayor para que algo dure un poco mas, a veces ese instante sirve de reflexión para poder seguir o abandonar y continuar otra búsqueda. Nada debe detenerte, aunque a veces la negación sea muy fuerte y te paralice, y no te deje reacción, y la apatía impida romper tu inercia. Haz lo que yo digo, siempre que te sirva y nada de lo que yo hago, porque eso ya es fracaso seguro.

Otro grande

Un buen comienzo

Me pareció la letra justa para comenzar mis entradas. De vez en cuando la vida (Joan Manuel Serrat) De vez en cuando la vida nos besa en la boca y a colores se despliega como un atlas, nos pasea por las calles en volandas, y nos sentimos en buenas manos; se hace de nuestra medida, toma nuestro paso y saca un conejo de la vieja chistera y uno es feliz como un niño cuando sale de la escuela. De vez en cuando la vida toma conmigo café y está tan bonita que da gusto verla. Se suelta el pelo y me invita a salir con ella a escena. De vez en cuando la vida se nos brinda en cueros y nos regala un sueño tan escurridizo que hay que andarlo de puntillas por no romper el hechizo. De vez en cuando la vida afina con el pincel: se nos eriza la piel y faltan palabras para nombrar lo que ofrece a los que saben usarla. De vez en cuando la vida nos gasta una broma y nos despertamos sin saber qué pasa, chupando un palo sentados sobre una calabaza.

Juntos a la par-Pappo

Para vos Cali...