Piel de durazno

Llegaste impetuosa y flagrante
a invadir mi vida ermitaña,
eras como un fuego arrasando
los secos pastos de mi alma.

Brotaste en el silencio
de mi vida desencantada;
eras la vida en simientes
yo la tierra seca y árida,

Sembraste con tu ternura
de suave piel de durazno,
en los pliegues arrugados
por la intransigencia de mis años.

Me viste crecer a tu sombra,
dar mis primeros pasos,
era para mi el amor entonces,
cenizas que se volaron.

Muchos años han pasado,
nuestro amor algo ha cambiado,
somos los mismos de siempre
pero en vida madurados.

Hoy mi piel no es la misma,
ya mis años se han sumado,
y los tuyos como entonces
siguen como piel de durazno.

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