Debilidad del alma

Como sombra solitaria
te asomas a la ventana,
detrás de las persianas
que ocultan las miserias,
y el fracaso del alma.

Embebes el aire
de ancestros temores,
y el silencio,
y las manos,
el dolor ciernen.

Lo ocultan
tras uñas clavadas,
por noches de vigilias,
en manos sangradas
que no dicen nada.

Mas que la bronca
que masticas,
que magullas en tu alma,
dolorida,
flagelada.

Por saberte débil,
reincidente de fracasos,
con recidivas de hastíos,
reclinadas en la pena
que no acaba.

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