No es lo que parece

Puedo pensar –eso creo-
que no dirás que fui ingenuo
por erradicarme hacia vos
e invadir con mis obscenos deseos
tu pulcra virtud;
nada es lo que parece –lo sabes-
deberíamos escribir
un catálogo de posiciones
cibernéticas
con los pormenores menores
de un sexo sin espumas en la boca,
sin brindis de tabaco en los alientos.

Puede que alguno de los capítulos
sobreviva mientras aplasto un recuerdo,
percatándome que sólo fue eso,
sopesado por una incrédula virginidad
de amores inexpertos.

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