Arenga a los amores secos

Ella contaba las horas, las caídas,
los naufragios azules de sus ojos;
me hablaba de un tiempo extraño
donde la humedad de la piel
jugaba con las ranas de los charcos;
todo era sublime, como un cuento de lluvias.

Ella hablaba por mí;
decía que volver cada tanto
a remojar los pies en los recuerdos,
arengaba a los amores secos
y le plantaba una sonrisa a la utopía.
Que amar por amar; inventar una ilusión,
era desgarrar el aburrido hastío
hasta dejar entrar un brazo suave
que abrace, que tome por detrás a la penumbra
y le aclare al silencio que nada regresa de la muerte
y aún así, seguir amando.

Y me habló al oído.
Murmuró chubascos sobre los hombros,
descerrajó cortinas de luz
sobre una noche espesa
donde su boca evolucionó un llanto
hasta entonces reprimido.
Cerré los ojos y se durmió conmigo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
UFFFFF, POETA, QUÉ CIERRE!!! SIEMPRE UN PLACER VISITAR SU ESPACIO.
UN ABRAZO
Yo deberia quedarme a vivir aqui, prestame unos de tus versos de cobija para dormir en calma.

Cuanto te quiero mi Dani.
cristal00k ha dicho que…
Este, con tu permiso me lo llevo.
Es otra de tus maravillas.
Sigo.
Daniel ha dicho que…
Amigo reltih, ya lo sabes...eres bienvenido. Gracias siempre.
Daniel ha dicho que…
Cuánto te quiero mi niña, cuánto calor emanas...
Daniel ha dicho que…
Ojalá pudiera devolver tu generosidad...gracias cristal...

Entradas populares de este blog

Donde duermen las lluvias

Con las manos en los bolsillos

Aquellas incógnitas