Coordenadas de un triángulo




Todo desaparece en la rotación
estéril de la tierra. Luego regresa.
Cerramos los ojos y la osa mayor ya no está
en el punto exacto de la esfera.

La mesa cotidiana,
disimula debajo del mantel,
rodillas clandestinas en preludios.
Debilidad consensuada;
mi pie dentro de su braga.

Fueron sus ojos la geometría,
las coordenadas de un triángulo,
marcación celestial de un big bang.

Luego desaparecimos los dos:
mi pie y yo.

No regresamos.
La osa mayor señalaba -debajo de la mesa-
el vértice exacto de un triángulo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
epale!! ese cierre estuvo excitante.
un abrazo amigo
Paco Alonso ha dicho que…
Hermoso el poema que nos acercas en esta fría mañana del Sábado.
Cerrar los ojos y soñar.
Que tengas un buen fin de semana.

Gracias por compartir.

Cálido abrazo.
Daniel ha dicho que…
Mi abrazo reltih y buen fin de semana.

Gracias amigo.
Daniel ha dicho que…
Gracias Paco; sigue soñando por favor.
Buen fin de semana y mi abrazo.

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