Hermoso mi Dann, me transmites una sensación dolorosa, callada, como una vela que -poco a poco- va apagando caminos. Besotes y mi cariño, nos vemos el lunes! Chiqui.-
Murió la tarde, como el trigo segado, como el viento desgranándose en brisas. Así nos desgranamos gastando los abrazos, los te quiero de lluvias, los siempre suspensivos, y al igual que el trigo, nos convertimos en masa para nuestro pan diario, y somos amantes sin la carne, implícitos en piel y noches; nadie nos vio, nadie lo sabe. Sólo las lluvias amándose sin verbos.
Como un niño travieso se escapa como un látigo de luna que sisea tentáculo holográfico que de un quieto anhelo se desprende como una certidumbre de vida arrastra el apetito de roces ella al alcance de un beso al oído de un aromado te quiero en los ojos de un químico enlace de sudores en los labios espera e intuye que otra vez no llegará que los pies de plomo se amuran al suelo de sus miedos el hombre y su hambre masticará cobardía por lo bajo /y sus ojos/ sus manos en los bolsillos clavarán las uñas contra sí mismo y se diluirá como siempre hasta morir en el intento retrayendo la culpa /por lo bajo/ un holograma huirá sin los abrazos /que inertes se replegarán/ hasta morir asesinados por la cobarde inacción de su amor.
Intenté dormirte, vestirte musa desde los versos, desde la matriz de incógnitas tajantes de libélulas en celo hasta la certeza efímera de un laúd sordo y descordado. Y quise dormir contigo en los ápices de tus senos, en la vorágine inmadura de tus deseos de vientres, de un Noviembre ajetreado de sonámbulas mariposas. No hubo reconciliación tras las cortinas de pestañas, las vías con sus baches de noctámbulos borrachos sepultaban botellas y besos rojos en las colillas apagadas. Murió un semáforo atropellado en represalia, por la osadía de guiñarme un verde justo cuando te soñaba. Voló un rojo sobre el horizonte negro, tiñó un ojo de vino amoratado, amanecer de párpados sobre tu ausente esqueleto. Ya no intento dormir sobre el champagne derramado, se han viciado las musas sobre un ikebana de yeso que firmaba tu nombre con glicinas escarlatas en la matriz de incógnitas de tus libélulas en celo.
Comentarios
Besotes y mi cariño, nos vemos el lunes!
Chiqui.-
Que ternura desolada¡¡
Un abrazo mi querido Dani.
un abrazo
Un abrazo Dani
Cálido abrazo.
Gracias mi Chiqui, nos vemos el lunes.
Besotes.
Un abrazo y gracias.
Mi abrazo
Mi abrazo.